La
realidad nunca está a la altura de nuestras expectativas. Podemos creer
que las cosas serán de otra manera, que nos comportaremos de otra forma
que la otra persona nos dirá lo que necesitamos sin necesidad de
decirlo. Pero cuando esas situaciones no son como lo imaginamos nos
derrumbamos. Son malos tiempos para los soñadores.
PEro hay que seguir soñando! ;)
ResponderEliminar