Ningún amor es más verdadero que aquel que muere sin haber sido revelado.
-Oliver Wendell Holmes
Solo mirarla, no podía hacer más. Él en el fondo de la clase, los mismos pupitres, los mismos horarios, no podía apartar su mirada de ella.
Si al menos se dignara a mirarle, pero ella no se daba cuenta, iba y venía de clase en clase, atendía y se iba rápidamente cuando terminaba. Era imposible no sentir la dulzura que desprendían los ojos del muchacho hacía ella pero jamás sus ojos marrones tendrían la simple curiosidad de mirarlo.
Sus ojos verdes brillaban cada vez más, cada día su amor se hacía más fuerte, pero nunca sería capaz de confesarle lo que sentía, no tenía el suficiente valor.
El último día de clases decidido a declarar sus sentimientos, sucedió lo peor. Ella no llegó y jamás tendría la oportunidad de volver a verla, cada uno escogería su camino, distintos sitios a donde ir y distintas vidas que vivir. Todo quedaría en un ¿y si...?
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