¿Cómo hacer que un pez salga a flote y respire sin hacerle daño, sin terminar por matarlo?
Erase una vez un pequeño pez que se ahogaba en su charquito, no sabía que detrás de las rocas estaba el océano, donde podría vivir con libertad, explorando los rincones más inhóspitos y conociendo a nuevos pecesitos con los que podría comenzar una nueva vida. Pero él seguía en su burbuja, sin querer ver lo que se perdía, haciendose daño a si mismo siendo consiente de que saltando el charco podría vivir una vida llena de cosas diferentes.
Intentaba conformarse con lo que tenía, un charquito oscuro formado entre las rocas en el que la rutina era algo con lo que tenían que vivir, convivían los mismos peces, los peces de siempre con sus mismas formas de comportarse, sus mismas conversaciones, nada nuevo que contar al vivir en un espacio tan limitado.
